Los orígenes de un Festival joven En 1997 se dio inicio al Festival Petronio Álvarez, en respuesta a la necesidad de crear un espacio de encuentro para compositores, músicos e investigadores de la música nativa del Litoral Pacífico. La pluralidad étnica y la multiculturalidad de Cali hicieron un rápido eco al evento que creció en participantes, en público y se anidó en el corazón de una región que vio en el Festival un medio de conservación, apropiación y conexión de las manifestaciones culturales afrocolombianas urbanas y rurales. El Festival convoca anualmente a más de un centenar de agrupaciones musicales nacionales e internacionales que compiten por el premio Petronio Álvarez en distintas modalidades. Pero el premio más competido y más ansiado es la ovación de un público exigente que se entrega generoso cuando la música logra tocar las fibras que lo mueven. Cultura viva para “gozá” El Festival Petronio Álvarez es un estado de ánimo, alegría pacífica, que contagia. El Petronio Álvarez es más que un festival. Es un estado de ánimo que despierta los sentidos. Alrededor de este se puede tener una de las más exquisitas ofertas de la gastronomía colombiana, con sabor a mar. Las muestras artesanales entregan texturas asombrosas que tienen en la fibra de hoja de plátano y en el totumo una de sus principales materias primas. Cada noche del Festival es un espectáculo sonoro y visual que guarda sus mejores imágenes en el colorido de un escenario en continuo movimiento: los pañuelos blancos al aire a son de currulao y la gente que se viste de su mejor sonrisa, la más autentica, la que rescata el orgullo de pertenecer a una raíz cultural que se recrea cada año con lo mejor de sí.
LA MÚSICA DEL PACÍFICO Y LA SALSA Algunos estudiosos como el músico Francisco Zumaqué y más recientemente el profesor Elías Sevilla, han atribuido esa marginalidad de la música del pacífico al predominio evidente de la salsa en Cali (epicentro urbano de gran influencia en la región y por ello mismo reconocida como la “Capital del Pacífico”), creando así a nuestro modo de ver un falso dilema, una falsa oposición entre estas dos expresiones musicales. Zumaqué, (en un foro que tuvimos oportunidad de compartir con él hace algunos años), con el argumento xenofóbico de que la salsa es música extranjera y por lo tanto ajena a nuestra historia y nuestras tradiciones (como si la historia y las tradiciones colombianas no tuvieran que ver también con el África y la esclavitud, a las que está indisolublemente ligada el origen y desarrollo de la música salsa). Sevilla, considerando la salsa como un espacio de exclusión social en la ciudad. Que la salsa se analice como una instancia de exclusión racista y esto parezca una paradoja, puede ser un punto de vista interesante si se tiene claro el sentido del juego de la inclusión y la exclusión, es decir especificando qué se incluye y qué se excluye. Según el ensayo del profesor Sevilla (“Salsa, rumba y creaciones culturales negras en las lógicas sociales de identidad y exclusión de la ciudad de Cali”), se trata de la exclusión de la música negra del pacífico, que habría sido desalojada de su espacio natural, por una intrusa ruidosa venida de Nueva York y del Caribe. La salsa, al habitar la ciudad y el cuerpo de los bailadores caleños ( y de las ciudades del pacífico, entre ellas Buenaventura) usurpó el lugar que le correspondía al currulao y los 25 aires restantes, que se según el musicólogo Abadía Morales, constituyen el folclor de esta costa colombiana. Hay aquí una mirada simplificadora del fenómeno. Porque esa exclusión de la música del pacífico hace parte de la exclusión social, política y cultural a la que han sido sometidas las poblaciones indígenas y negras de nuestro país. Esto también es obvio, pero parece que se olvidara, porque tal exclusión existe desde mucho antes que existiera la salsa en la ciudad, hace ya 40 años. Decir que la salsa es una instancia de exclusión de la música del pacífico es creer que la exclusión es un hecho reciente; es negar el carácter histórico de las distintas formas de dominación que han implicado el no reconocimiento, intencional, a la enorme contribución que la población negra del Pacífico ha hecho a la construcción de la nación colombiana, con todo lo que ella tiene de logros y de contradicciones. Decir que la presencia de la salsa en Cali le ha negado el espacio a la música del pacífico es atribuirle un poder que no tiene la salsa porque supone creer que la complejidad de esa exclusión, entendida como un hecho histórico, se explica por la sobredeterminación de un factor único, suficiente y aislado de otras causalidades sociales. Sin considerar además que, de ser hipotéticamente cierto, la supuesta “responsabilidad” habría que compartirla con otros géneros de la música popular que a lo largo del siglo XX se expandieron por el mundo gracias a la industria y el mercado discográfico. Contra esta falsa oposición quiero proponer un punto de vista antagónico, en el sentido de propiciar un feliz encuentro entre éstas dos expresiones musicales que tienen raíces comunes.
Este video es una muestra de lo que se esta haciendo en nuestro litoral pacifico,es una fusion de Currulao,Cumbia,Rock..
Curupira:El Borojo
Monday, May 11, 2009
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About Me
- DJ Vico
- Jackson Heights, N.Y, United States
- Naci en Cali,Colombia,ciudad salsera por excelencia,considerada como "Capital Mundial de la Salsa". Desde niño conoci los ritmos afro-caribeños de la mano de la Sonora Matancera los cuales fueron mis inicios salseros. Muy joven salgo del pais hacia Europa y encuentro que los ritmos latinos habian llegado y comenzaban a pegar muy fuerte.España,Francia e Italia estaban alborotados por el sabor y el ritmo afro latino. En esta misma epoca tube la oportunidad de viajar a Africa y conocer mucho mas de los inicios de la salsa al escuchar los tambores Bata de las manos de los africanos. A mi regreso a Cali reafirmo mi gusto por la salsa compartiendo y aprendiendo de grandes maestros y coleccionistas caleños y asistiendo a salsotecas tradicionales como La Barola, La Ponceña, La Mulenze y por supuesto La Taberna Latina de Gary Dominguez. Sigo despues con mis viajes por las antillas:Cuba, Puerto Rico, Republica Dominicana y alli sigo absorbiendo mas ese sabor salsero que ya inundaba estas tierras. Decido radicarme en New York, donde me he encontrado a grandes figuras de la salsa que han decidido vivir aca y mostrar el sabor de la salsa desde la Capital del Mundo.